Seguramente todos conozcamos las ventajas que tiene el entrenamiento invisible, entendiendo como entrenamiento invisible, la alimentación, el descanso, la higiene personal y otros factores que aislados de la sesión específica de entrenamiento.

Estás variables sumarán muchos puntos a tu entrenamiento y ninguna es sustituible por otra, una buena alimentación nunca sustituirá a un mal descanso, y del mismo modo, la falta de higiene y hábitos saludables nunca sustituirán a una buena alimentación, pero existe un factor que multiplica a todas estas variables y a mi parecer, es el factor determinante que caracteriza a la élite del deporte y que ve su máximo exponente en el plusmarquista mundial Eliud Kipchoge o el astro de los deportes de montaña Kilian Jornet; el foco.

Cuando hablamos de foco no hablamos estar súper motivado, nada más lejos de la realidad, el foco en grandes rasgos es la atención que prestamos a la realización de una tarea o consecución de un objetivo. Para tener un foco adecuado, primero tenemos que saber el punto del que partimos y el punto al que queremos llegar, es decir, nuestro objetivo. Ese camino desde el punto A al punto B lo compondrán los pasos que debemos dar mediante un plan de acción, y centrarnos en ese camino poniendo atención en todos los detalles es lo que hará que tengamos mayor o menor foco.  Parece algo sencillo, ¿verdad? Pero la realidad es que vivimos en la era de la distracción masiva, rodeados de constantes estímulos que tratan de llamar nuestra atención. Por poner un ejemplo, una persona que vive en una ciudad o dispone de teléfono móvil y televisor, puede recibir al cabo del día más de 2000 estímulos o inputs que tienen como único objetivo llamar nuestra atención, es decir, desviar nuestro foco hacia unos determinados intereses ajenos, mediante ruidos, anuncios, música, olores y un largo etcétera.

Aun así, alejándonos de esos estímulos que se generan en nuestro entorno para acaparar nuestra atención, existen otros puntos de mayor importancia que requieren de nuestra atención, obligaciones familiares, deberes laborales, nuestro entorno social, el hogar y las personas dependientes a nosotros y un largo sin fin, que hace que nuestra atención se desvíe de nuestros objetivos disminuyendo nuestra eficiencia, debido a que las personas por naturaleza y especialmente los hombres,  no somos multifocales.

En el ámbito deportivo, las personas de alto rendimiento o atletas élite, tienen una cosa en común, son personas con una capacidad de concentración y de foco extrema, ayudados muchas veces por centros de alto rendimiento, dónde se trata de poner al atleta en un entorno totalmente enfocado a sus objetivos deportivos.  

Uno de los máximos referentes a nivel mundial que para mí, es el perfecto ejemplo de la utilización del foco para la consecución de sus objetivos,  es el plusmarquista mundial Eliud Kipchoge, Eliud entre semana se concentra en una aldea rodeada de entrenadores, fisioterapeutas, nutricionistas, preparadores físicos y otros atletas, renunciando a las comodidades de su casa y al contacto con su familia, simplemente para tener las 24 horas del día la atención enfocada en su rendimiento, y no es que le falten medios para llevar a cabo los mismos entrenamientos, alimentación, descanso y cuidados en su casa, sino que simplemente estaría rodeado de otros estímulos, que aun teniendo esas variables cubiertas de la misma manera, le estarían desenfocando de la consecución de sus objetivos.

Del mismo modo, el super atleta de montaña, Kilian Jornet, reconoce la capacidad de concentración que tiene cuando intenta conseguir un objetivo, transformándose en un auténtico científico que trata de descubrir todas las vías que pueden llevar a su cuerpo a conquistar sus retos.

Por eso cuando hablamos de cómo afecta el entrenamiento invisible en el rendimiento físico, el factor que marca la diferencia y a la vez el gran olvidado es el FOCO. El foco además ama la estabilidad, siendo especialmente difícil de conseguir durante cambios de trabajo, finalización de relaciones, cambios de residencias.

Gracias a esta variable, ya sabemos que no solo vale con una plan de entreno, una buena alimentación y un buen descanso o recuperación, por eso, cada vez son más los servicios de coaching que tratan precisamente de ordenar nuestros pensamientos, identificar nuestras creencias limitantes y principales distracciones y establecer un plan de acción que nos enfoque hacia unos objetivos determinados, pero aún así, te dejo unas claves para mejorar nuestro Foco en la vida cotidiana para mejorar nuestro rendimiento físico:


CLAVES PARA AUMENTAR EL FOCO:

  • Identifica elementos distractores de tu día a día y genera pequeños hábitos para controlarlos, por ejemplo, si en la noche pasas más de dos horas viendo series y tele, tómate el hábito de ver durante esta semana una sola hora, cuando lo hayas conseguido, disminuye gradualmente el consumo de televisión, hasta que sea tan escaso que sientas que no te aleja de tus objetivos.

  • Incluye hábitos que te acerquen a tu objetivo deportivo, relacionarte con personas que tengan objetivos similares o contratar un guía o entrenador pueden ser de gran ayuda.

  • Céntrate y enfócate en tu entrenamiento, si dispones de una planificación de entrenamiento, imagínala, visualízala, reprodúcela y crea una estrategia para realizarla de manera perfecta, de manera que cuando la ejecutes, solo tengas que reproducir aquello que ya has creado en tu mente.

  • Visualiza tus objetivos, pregúntate que sentirás cuando los consigas o estés allá donde quieres estar y comienza a sentirlo.

Si sigues estos sencillos pasos verás como tu rendimiento aumenta de manera progresiva y si crees que este artículo puede ayudar a personas de tu entorno, no dudes en compartirlo.